Para la próxima semana, se tiene convocada la plenaria de la Cámara de Representantes con el propósito de estudiar, el proyecto de ley No 166 de 2023 por medio del cual se modifican parcialmente normas laborales y se adopta una reforma laboral para el trabajo decente y digno en Colombia.
La reforma presentada por el ejecutivo, tiene un fin noble, pero bien vale la pena revisar varios asuntos contenidos en el proyecto para que los colombianos saquen sus propias conclusiones.
Un primer elemento que aparece en la reforma, es el que modifica los contratos de aprendizaje que deben asumir los empresarios colombianos y que están regulados en la ley 789 de 2002, norma esta que indica que todo empresario que tenga 20 o más trabajadores, se encuentra obligado a vincular aprendices, salvo las empresas dedicadas a la construcción. El empresario debe pagar al aprendiz el 50% de un salario mínimo cuando está en la etapa lectiva, es decir estudiando, y el 75% de un salario mínimo cuando está en etapa práctica o productiva; la propuesta en la reforma es que ahora deban pagar un salario mínimo independiente de la etapa.
Otro elemento que aparece en el proyecto de la reforma es aquel según el cual, los empresarios que no tengan aprendices deben monetizar, es decir, pagar al Sena 1.8 salarios mínimos por cada aprendiz que estén obligados a contratar y no tengan en su nómina. Actualmente el valor de esa monetización es de un salario mínimo.
Los dos artículos propuestos, si bien favorecen a los aprendices y futuros trabajadores, no es menos cierto que significa un impacto económico considerable para los empresarios, por lo que consideramos que se deben aumentar los % o valores en favor de los estudiantes, pero se deben ajustar para no llegar a los topes propuestos, pues se trata de que ganen trabajadores y también empresarios.
Otro asunto contenido en la reforma laboral, es aquel según el cual, la licencia de paternidad sube de 2 a 6 semanas, lo que llama la atención en la medida que ese costo adicional nadie dice cuánto vale, ni de dónde sale y menos quien lo financia.
Una propuesta que se podría calificar de exótica es la que crea el jornal agropecuario, una oferta para los trabajadores campesinos que es absolutamente inadmisible, pues plantea que a estos se les pague mediante el sistema de jornal diario, el cual será igual al valor de un día de salario mínimo, es decir $43.333 pesos, a los que habría que sumarle el 30% por efectos de prestaciones sociales, es decir, $13.000 pesos. Así las cosas, un trabajador del campo que en el mes trabaja 22 días quedaría ganando $953.326 pesos, lo que en otras palabras “legalizaría” un salario mínimo por debajo del mínimo legal vigente; a lo anterior, se sumarian $285,997 pesos por prestaciones, con lo cual el trabajador campesino en el mejor de los casos y con prestaciones incluidas quedaría en $1.239.323 pesos, mientras cualquier otro trabajador en Colombia quedaría en $1.300.000 pesos más prestaciones, por ello es que decimos que la propuesta es exótica.
Se plantea en la reforma que el trabajo familiar, entiéndase por tal el que hacen hijos, padres, hermanos, sobrinos, esposa, etc. Tendrá que pagarse cuando el familiar “ayude”, es decir, trabaje, más de 15 horas a la semana, con una asignación que no puede estar por debajo del salario mínimo. Se preguntan qué deben hacer los padres que tienen tiendas, restaurantes, fincas, pues en muchos casos sobreviven por el trabajo mancomunado de la familia.
Se propone que se pague salario a la mujer rural que elabora los alimentos, cuida los animales, cuida a personas, cuida los cultivos. Tal parece, que la reforma olvida el trabajo conjunto de los esposos y por ello se pregunta si el esposo debe pagarle a la esposa por la elaboración de alimentos en la finca que es propiedad de los dos; o si debe pagarle por cuidar las gallinas y los cerdos que también son de los dos. Lo más sorprendente del asunto es que en la misma reforma se dice que cuando se trate de relaciones entre comunidades afros, negras, raizales, palenqueras o indígenas, estas se regularán por la cosmovisión y la costumbre, pero no será así entre campesinos, indica lo anterior que se plantea un relacionamiento laboral diferencial, pues una cosa es ser campesino indígena o afro y otra cosa es ser campesino mestizo.
Nos faltaría espacio para relacionar todos los asuntos contenidos en la reforma laboral, pero este abre bocas tiene por propósito poner sobre la mesa a discusión un asunto que en pocos días será el centro de atención del actuar de la cámara de representantes.
No sé si la reforma, reforma, lo que si sé, es que hay temas en los que la reforma, deforma.