Por estos días se discute en el Congreso, el proyecto de ley sobre la reforma pensional, el cual ya fue aprobado en Senado y ahora empieza su trámite en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, donde después, irá a plenaria y de ser aprobado, queda a merced del señor presidente para su sanción, quedando en vigencia, no sin antes pasar por múltiples filtros en la Corte Constitucional.
La reforma plantea una serie de cambios bastante profundos en el sistema pensional colombiano, que si bien pueden ser favorables en algunos casos, no es menos cierto que resulte bastante lesivo en otros tantos, especialmente con las personas más jóvenes del país.
El tema es sencillo. Actualmente, una persona que sea cotizante solo tiene dos opciones: cotiza a Colpensiones o cotiza a un fondo privado de pensiones.
En el primero de los casos, quienes cotizan a Colpensiones necesitan 1.300 semanas de cotización y 62 años en el caso de los hombres, las mujeres por su lado necesitan 57 años y 1.300 semanas de cotización, pero por decisión de la corte, en 2026 serán 1.250, en 2027 serán 1.225, en 2028 serán 1200, y así sucesivamente hasta 2036 cuando serán solo mil semanas, salvo que el Congreso legisle sobre el tema y lo resuelva antes del año 2036, asunto que aparece planteado en la reforma pensional.
Los afiliados al sistema público, Colpensiones, reciben una mesada que generalmente empieza en el 65 % del promedio de los últimos diez años del ingreso base de cotización por las primeras 1.300 semanas, para los salarios más bajos, sumando un 1.5 % adicional por cada 50 semanas por encima de las primeras 1300, sin que pueda pasar del 80% y sin que la asignación pueda ser inferior al salario mínimo. Es así, que fácilmente una persona puede llegar al 70 % en promedio del salario base de cotización.
En tanto, en los fondos privados la asignación corresponde a una fórmula en la que resulta determinante el capital ahorrado durante toda la vida laboral y los rendimientos financieros alcanzados.
Aunque en los fondos se requiere la misma edad que en Colpensiones, la única ventaja de los fondos es que allí la pensión se da con 1150 semanas cotizadas, es decir, 150 semanas menos que en el régimen público.
No sobra decir que en el fondo privado, entre más rápido se pensione, con menos semanas incluso, menos es la asignación pensional, puesto que el ahorro es menor.
Por estas razones es que con la reforma que actualmente se está discutiendo, los jóvenes y las personas que no alcancen el régimen de transición, 900 semanas para los hombres y 750 semanas para las mujeres, se tendrán que pensionar con el nuevo sistema, en el cual los primeros 2.3 smlmv se cotizan a Colpensiones y el resto del salario se cotiza a un fondo privado de pensiones en lo que se denomina el pilar contributivo de prima media con ahorro individual.
Quienes se pensionen con las nuevas disposiciones, recibirán mesadas mucho menores en el nuevo sistema, que las que hubieran recibido en Colpensiones con el sistema actual.
Llama la atención y de hecho sorprende que los más afectados con esta reforma salgan a las calles a grito herido reclamando la aprobación de estos cambios en el sistema pensional que en el mediano y el largo plazo les terminarán pasando factura.
Resulta raro y curioso que nadie, absolutamente nadie, se pensione igual, teniendo el mismo sueldo y las mismas semanas cotizadas, estando en un régimen diferente. Siempre les va mejor a los que están en Colpensiones.
Algo deberá tener Colpensiones para que los presidentes y directivos de los fondos prefieran pensionarse en la estatal pública y no en los fondos que ellos dirigen y gerencian. Como dice Manolo, por algo será.