El balín está bajito

En La Dorada se viene sintiendo un aire de desarrollo, progreso y cambio que responde a las esperanzas de los habitantes del puerto cuando en octubre de 2023, escogieron a Fredy Saldaña como alcalde de la segunda ciudad más importante de Caldas. 

La tarea de gobierno se ha enfocado en finalizar y poner en servicio obras que si bien, fueron iniciadas en otros gobiernos, no es menos cierto que ya parecían elefantes blancos que no tenían punto de llegada, uno de esos casos es el hospital de Las Ferias, el cual después de varios gobiernos, solo hasta ahora ve la luz y empieza a prestar servicios a este sector que tanto necesita de la mano del gobierno.

De la misma manera, habrá que decir que desde el gobierno se ha propuesto acompañar y propiciar que los inversionistas puedan desarrollar obras de impacto para la ciudad y para el país, como la conexión férrea de La Dorada – Chiriguaná; los proyectos de energía fotovoltaica, donde La Dorada se ha convertido en modelo y piloto para el país; La construcción de espacios deportivos en varios lugares del puerto; el proyecto del estadio, la terminación del malecón a la rivera del río Magdalena, el mejoramiento de la malla vial, la instalación de cámaras de seguridad con reconocimiento facial, el mejoramiento y modernización del servicio de alumbrado público, la ampliación de cobertura tics en todo el municipio, solo por citar algunas de las tareas emprendidas, varias de ellas concluidas.

La Dorada tiene todo para ser la capital del magdalena medio, para ser el eje central de una región bastante afortunada en tierras, ganado, aguas, minería, agricultura, espacios para el turismo, aprovechamiento de las condiciones climáticas para la generación de energía, pero esa riqueza demanda seguridad, protección a la vida y a los bienes de las personas, por lo cual hoy se necesita que haya un mayor compromiso de la nación y de las autoridades departamentales.

El estándar internacional propuesto por la ONU indica que el servicio policial debe prestarse, cuando menos, en razón de 300 policías por cada 100.000 habitantes. Para el caso de La Dorada los datos son francamente desalentadores, pues el resumen es simple, se tienen asignadas 139 unidades policiales, 5 oficiales, 53 miembros del nivel ejecutivo, 44 patrulleros y 36 auxiliares para un total de 138. 

Los 138 funcionarios policiales adscritos a La Dorada presentan 24 novedades, es decir que están fuera de servicio, por estar en vacaciones, permisos, comisiones, etc. Con lo cual quedan 114 personas en servicio.

De los 114 funcionarios en servicio, 36 son auxiliares que no portan armamento, lo que indica que realmente hay 78 personas en servicio activo para enfrentar a la delincuencia que allí ha operado o que quiere incursionar.

Los 78 funcionarios que hemos reseñado se dividen en turnos, lo que hace que no estén todos al tiempo, otros están en las zonas rurales como Guarinó y Buena Vista, con lo cual en el área urbana la presencia es absolutamente limitada.

Como se podrá observar, La Dorada tienen potencial para crecer y brindar calidad de vida, pero el alcalde, este o cualquier otro, no podrá enfrentar las amenazas que implica la presencia de grupos delincuenciales que han querido apropiarse del mercado del microtráfico, que han querido activar la extorsión, las vacunas, el secuestro, el fleteo entre otros actos criminales, si su ejercicio de gobierno no está acompañado de la presencia amplia de la fuerza pública, llámese Policía, Ejército, Fuerza Aérea.

Al alcalde lo están dejando solo y a la población la están dejando indefensa, lo cual reclama y demanda acciones urgentes para salvar la vida y los bienes de las personas, las cuales de no hacerse rápidamente y de manera coordinada desde la Gobernación de Caldas, el Ministerio de la Defensa, la Dirección Nacional de la Policía, el departamento de Policía Caldas, la Fiscalía, el Ejército y la Fuerza Aérea, expondrán esta zona y propiciarán que vuelva a ser la tierra donde no mandaban los gobernadores y tampoco los alcaldes, mandaban los traquetos y los paramilitares.

Hagan algo, pero háganlo ya, rodeen al alcalde y ayuden para evitar que el balín siga bajito.