El salario de los congresistas de Colombia es uno de los asuntos que más debate genera cada año por estas calendas, puesto que auspicia un sentimiento generalizado de rabia e impotencia cuando un ciudadano advierte que su salario mínimo sube $123.500 pesos, mientras que los padres de la patriay otros altos funcionarios ven aumentar sus dietas de manera significativa, en cifras que superan varios millones.
Muchos parlamentarios gritan cada año que presentarán una nueva propuesta para rebajar el salario de los congresistas, lo cual, si bien es absolutamente necesario y además da réditos políticos, no es menos cierto que se tiene que hacer, pero de la manera adecuada, en el momento oportuno y sin duda ese momento es ya, pero no para que se rebajen los salarios actuales, sino para que se rebajen los futuros y se hagan los ajustes pertinentes, como lo explicaré más adelante.
Empezaré por decir que el salario de los congresistas tiene reflejo en otros salarios del país, asunto este que se encuentra fundado en el art. 15 de la ley 4 de 1992, el cual dispone (…) “Los Magistrados del Consejo Superior de la Judicatura, de la Corte Suprema de Justicia, de la Corte Constitucional, del Consejo de Estado, el Procurador General de la Nación, el Contralor General de la República, el Fiscal General de la Nación, el Defensor del Pueblo y el Registrador Nacional del Estado Civil tendrán una prima especial de servicios, que sumada a los demás ingresos laborales, igualen a los percibidos en su totalidad, por los miembros del Congreso, sin que en ningún caso los supere. El Gobierno podrá fijar la misma prima para los Ministros del Despacho, los Generales y Almirantes de la Fuerza Pública (…)”. Como se ve, la asignación salarial de los unos, tiene reflejo en los otros.
Ajustar el salario de los congresistas es una necesidad, sobre todo porque de mantenerse el asunto como viene, el crecimiento será desbordado, con salarios exagerados en el corto y mediano plazo, los que, a pesar de las retenciones y deducciones que son cercanas al 35% del total del ingreso, siguen siendo bastante altos para nuestro medio.
La verdad sin muchas vueltas es que NO ES LEGALrebajarle el salario a una persona, tal como lo dispone el art. 50 del CST, para el sector privado, asunto que para el sector público se entiende considerado en el art. 53 de la C.P., con respaldo y confirmación en sentencia C-1433 de 2000 de la corte constitucional, por lo que el salario siempre debe mantenerse o subir, salvo que medie renuncia voluntaria a ese derecho, además habrá que decir que para el caso de los altos salarios del estado colombiano, no es que haya mucha voluntad dentro del congreso para auto regularse, por lo que se hace necesario proponer una solución que resuelva esteasunto. Esa solución es una ley que defina nuevas asignaciones salariales para el congreso que inicia el año entrante, de esa manera los actuales congresistas no tendrían mayor resistencia y se resolvería un asunto que necesita una respuesta urgente para resolver una inequidad tan inmensa.
Otra salida bastante viable es el establecimiento de una ley que regule los incrementos salariales, pues no resulta válido y mucho menos aceptable, que no se tengan tratamientos diferenciales según los rangos de asignación.
Mientras a un trabajador del sector privado que gana el salario mínimo le suben el 9.54%, lo cual le significa $123.500 adicionales, y lo pregonan como la mejor noticia laboral de la historia, a un servidor público de alto rango como magistrado, general, procurador, contralor, defensor o congresista le suben más de 4 millones mensuales y de eso pocos se ocupan.
No es lo mismo subirle el 10% a un salario mínimo, que subirle ese mismo porcentaje a un salario de 40 millones.
En Colombia estamos en mora de establecer una norma que establezca que los aumentos salariales de los trabajadores del sector público deben ser inversamente proporcionales al salario, de tal manera que los que menos ganen reciban aumentos iguales al IPC más uno o dos puntos, y los que más ganen reciban aumentos iguales al IPC menos 3 o 4 puntos, con lo cual los salarios más altos se empezarían a estabilizar, pues de seguir como vamos tendremos la necesidad de seguir subiendo impuestos para seguir subiendo salarios, y esa no es ni puede ser la razón de ser del estado.
La ley de ajustes salariales es una necesidad urgente que debe ser promovida por el gobierno nacional en este periodo del congreso, para lo cual debe haber todo el compromiso de los partidos, buscando de esta manera que las asignaciones salariales más altas sean ajustadas a la realidad fiscal y social del país, y sobre todo para que no sea una vergüenza tener SALARIO DE CONGRESISTA.